Seventh-day Adventists believe the Bible is authoritative (Fundamental Belief #1, Ps. 119:105, Isa. 8:20; John 17:17; 2 Tim. 3:16, 17) The Bible says that God promised to bless the world through Abraham (Gen 12:3,22:18) Abraham paid tithe (Gen 14:20, Heb 7) because tithe is a requirement and obligation (3T 393.1, DA 616.3) The tithe is holy as the Sabbath is holy (Lev 27:30) God raised up the descendants of Abraham to be witnesses to the world (Deut 28:10, Josh 4:24, Ps 46:10, Mal 1:11, etc.) Levites were paid tithe (Num 18:21-24) and well taken care of (Dt 12:18-19, 14:27) to minister in the sanctuary (Num 18:21, 8:19,14-15, 3:7-8,1:50-53) and purpose of the sanctuary was for God’s presence (Ex 25:8) to separate and identify Israel as God’s people (Ex 33:16) If ye were Abraham's children, ye would do the works of Abraham. (John 8:39) and we are Abraham’s children (Rom 4:16, Gal 3:7-9, 14, 29) and Abraham was the Friend of God (James 2:23) The New Testament does not re-enact the law of the tithe, as it does not that of the Sabbath; for the validity of both is assumed (CS 66) "The tithing system was no burden to those who did not depart from the plan. The system enjoined upon the Hebrews has NOT been repealed or relaxed by the One who originated it. {CCh 275.2} Ellen White specifically says that Paul’s teaching that “they which preach the gospel should live of the gospel” (1 Cor 9:7-14, Hebrews 7:5) was a direct reference to the %10 Levitical tithe (AA 336.2) This is not special or unique to Ellen White, many non-Adventist denominations, scholars, theologians share the same conclusion. The Levitical priests were paid from the storehouse/treasury (Neh 13:5, 12:44) The Levites had the authority to collect the tithe (e.g. 2 Chron. 31:12-13) and distribute it to different divisions of Levities (2 Chron. 31:15). In the time of Nehemiah, those who lived near Jerusalem brought the tithe to the temple while the others took it to the towns of the Levites (Neh 10:37). The Levites then sent the tithe and the tithe of their tithe to the storehouse in Jerusalem (Neh 10:39). The Hebrew word for storehouse (Mal 3:10) is also translated as treasuries/treasures depending on translation (compare KJV Mal 3:10 with same word in Neh 12:44) Ellen White affirmed the official organized structure to distribute tithes as the storehouse and treasury (RH, December 8, 1896 par. 16) Speaking at a meeting held in Battle Creek College library, April 1, at the 1901 GC, Ellen White specifically said that the organized Adventist church was the treasury (see SpM 166.3, “here” in sentence 2) Even in the Old Testament God had an organized ‘church’ with an organized financial structure to support the official organized priesthood to support God’s desire and plan to make known His character to the world. Anyone who is baptized into the Adventist church affirms at baptism that this same God same Plan same Mission is fulfilled in the existence of the official organized Adventist church (baptismal vow #13). Most importantly, every baptized member of the Adventist Church made a solemn vow before God “to support the Church through your tithes and offerings.” (baptismal vow #9). As Levites had authority to collect and distribute the %10 tithe so likewise the leadership of the Adventist Church have authority to collect and distribute the %10 tithe. 1 Corinthians 9:13-14 tithing is a command of the Lord and as it is commanded the Church (like the Levites) has the authority to collect the tithe. The official position of the worldwide SDA church (voted Oct 14, 1985 here) designates the local “conference treasury, through the member’s home church” as the authorized recipient of tithe. Baptized members of the Adventist church are obligated by their own solemn vow to return God’s personal property, the tithe, to their local conference. If you are upset, angry, disappointed, sad, furious, frustrated, etc. then I empathize with you but if you are a member you made a vow and you must honor your word.
Again, the leadership of the Seventh-day Adventist church has the biblical authority and historical precedent to designate an official structure to collect and distribute the tithe and any argument against this is an argument against the God ordained authority of the church. Refusal to honor the structure is a refusal to honor this authority. In one sense, the Bible & EGW are irrelevant, when you join any organization and promise to support it with a percentage of your income (%3, %10 tithe, %40, etc.) then you must do this or you are dishonest, it's that simple. If you join the National Rugby Team of Fiji Fan Club and promise to pay your dues and then later refuse then you are being dishonest. If you do not like or approve of the actions or teachings of the leaders in the National Rugby Team of Fiji Fan Club then you can seek to bring change as a member and continue to pay your dues or you can just leave the club. It's that simple. Historia de las pautas adventistas sobre el aborto George B. Gainer
La historia de las pautas de la iglesia sobre el aborto dice mucho acerca del tiempo en que vivimos en relación al aborto y el porqué estamos aquí. [Nuestra herencia adventista abarca tanto declaraciones que endosan explícitamente la santidad de la vida humana, como declaraciones que condenan el aborto.] Mis preguntas acerca del aborto y la Iglesia Adventista del Séptimo Día comenzaron un gélido día de enero de 1985. Un encuentro "casual" con un pastor mientras buscaba lugar donde estacionarme en el Instituto Smithsoniano de Washington, D. C., había dado ocasión a una invitación de su parte para acompañarlo alguna vez en un servicio de adoración de su iglesia. El siguiente domingo lo visité de pasadita para oírlo predicar. Como llegué un poquito tarde, me senté, sin ser notado, en una de las bancas traseras. Cuando mi amigo se puso de pie para predicar, anunció a la congregación que era el Domingo Especial para la Santidad de la Vida. Después de dedicar algunos momentos a considerar las bases bíblicas que apoyan la santidad de la vida, relató la siguiente historia: “Cuando mi esposa estaba esperando a Set, nuestro segundo hijo, decidimos buscar a un médico cristiano que compartiera nuestras convicciones en cuanto a la santidad de la vida. Así que nos dirigimos a Takoma Park, Maryland, al consultorio del Dr. Fulano de Tal, que es un adventista del séptimo día. Terminados los exámenes y la auscultación que confirmaron su embarazo, la primera pregunta que nos hizo fue: '¿Desean que nazca este niño o quieren un aborto?' Nosotros nos miramos asombrados e incrédulos. Después nos volvimos hacia él diciendo: 'Discúlpenos. Debemos estar en un lugar equivocado'. Nos pusimos de pie y salimos”.1 Al final de su sermón este pastor invitó a su congregación a hacerle preguntas. Una señora preguntó: -¿Está usted seguro de que lo que dijo acerca de los Adventistas del Séptimo Día es cierto? Yo siempre he creído que ellos son cristianos que creen en la Biblia. -Me apena decirle que los Adventistas del Séptimo Día realizan centenares de abortos en sus hospitales2.--contestó el predicador. Salí mientras cantaban el himno final, sin ser notado, pero no sin un estremecimiento. ¿Cuál era la verdad respecto al adventismo y el aborto? Yo recordaba haber visto un editorial en la Revista Adventista que decía: "La Iglesia Adventista no tiene una posición oficial sobre el aborto".3 Pero, ¿qué significaba eso? ¿Quería decir que la Iglesia no veía implicaciones morales en la práctica del aborto? ¿En realidad no se inclinaba la Iglesia en ninguna dirección? ¿Qué significaba la falta de una posición de la Iglesia en la práctica diaria de los hospitales del Sistema Adventista de Salud? La necesidad de respuestas a estas preguntas me llevó a investigar la historia de la posición de la Iglesia con respecto al aborto. Primeros puntos de vista en cuanto al aborto La Adventist Review and Sabbath Herald del 25 de junio de 1867 contenía lo que, al parecer, era la primera declaración sobre el aborto que apareció en las publicaciones adventistas. El autor, John Todd, en un artículo titulado, “Asesinato elegante”, encomiaba la Cruzada Médica, movimiento que surgió en la última parte del siglo XIX, contra el aborto que se practicaba ampliamente en Estados Unidos durnate la primera parte de ese siglo. Tod declaraba, hablando sobre el aborto: “El asesinato voluntario de ser un ser humano en cualquier etapa de su existencia, es un crimen”. La cuestión del aborto se ventiló nuevamente en el número del 30 de noviembre de 1869 del mismo ógano informativo. Debajo del encabezado decía: “Uno de los pecados más escandalosos, y sin embargo, de los más prevalecientes en esta generación, es el asesinato de bebés en estado de gestación. Que quienes lo consideran un pecado insignificante lean el Salmo 139:16. Verán que los nombres de los niños aún no nacidos ya están escritos en el libro de Dios. Y deben estar seguros que Dios no pasará por alto el asesinato de uno de esos niños”.5 En la prensa adventista, el libro A Solemn Appeal contenía otra referencia al aborto, Jaime White editó este libro en el año 1870, mientras era presidente de la Asociación General. En su obra usó una referencia del libro Exhausted Vitality, del Dr. E. P. Miller. La cita que transcribió refleja los fuertes sentimientos de repudio de aquellos médicos que participaban en la cruzada contra el aborto. Miller lo calificó de "negocio nefastoy "peor que el satanismo". Declaró además: "Muchas mujeres deciden no ser madres, y se sujetan al trato más vil, cometiendo el crimen más horrendo para llevar a cabo sus propósitos. Y muchos hombres, que ya tienen "todos los niños que pueden sostener', en vez de restringir sus bajas pasiones, contribuyen a la destrucción de los bebés que han engendrado.. "El pecado está a la puerta de ambos padres en la misma medida". Primeros puntos de vista en cuanto al aborto La Adventist Review and Sabbath Herald del 25 de junio de 1867 contenía lo que, al parecer, era la primera declaración sobre el aborto que apareció en las publicaciones adventistas. El autor, John Todd, en un artículo titulado, "Asesinato elegante", enco- miaba la Cruzada Médica, movimiento que surgió en la última parte del siglo XIX, contra el aborto que se practicaba ampliamente en Estados Unidos durante la primera parte de ese siglo. Tod declaraba, hablando sobre el aborto: "El asesinato voluntario de un ser humano en cualquier etapa de su existencia, es un crimen". La cuestión del aborto se ventiló nuevamente en el número del 30 de noviembre de 1869 del mismo órgano informativo. Debajo del encabezado decía: “Uno de los pecados más escandalosos, y sin embargo, de los más prevalecientes en esta generación, es el asesinato de bebés en estado de gestación. Que quienes lo consideran un pecado insignificante lean el Salmo 139:16. Verán que los nombres de los niños aún no nacidos ya están escritos en el libro de Dios. Y deben estar seguros que Dios no pasará por alto el asesinato de uno de esos niños”..5 En la prensa adventista, el libro A Solemn Appeal contenía otra referencia al aborto, Jaime White editó este libro en el año 1870, mientras era presidente de la Asociación General. En su obra usó una reterencia del libro Exhausted Vitality, del Dr. E. P. Miler. La cita que transcribió refleja los fuertes sentimientos de repudio de aquellos médicos que participaban en la cruzada contra el aborto. Miller lo calificó de “negocio nelasto” y "peor que el satanismo". Declaró además: “Muchas mujeres deciden no ser madres, y se sujetan al trato más vil, cometiendo el crimen más horrendo para llevar a cabo sus propósitos. Y muchos hombres, que ya tienen 'todos los niños que pueden sostener', en vez de restringir sus bajas pasiones, contribuyen a la destrucción de los bebés que han engendrado. “El pecado está a la puerta de ambos padres en la misma medida”.6 Habla el doctor Kellogg ¿Qué en cuanto a la obra médica el “brazo derecho” de la Iglesia? En su libro Man, the Master piece, publicado en 1894, el Dr. John Harvey Kellogg argüía contra la idea de que el aborto era permisible antes de la primera señal de vida del feto. “Desde el mismo momento de su concepción, han estado en operación aquellos procesos que resultan en la producción de un ser humano completamente desarrollado a partir de una simple gotita de sustancia gelatinosa, una diminuta célula. Tan pronto como comienza este desarrollo, un nuevo ser humano ha llegado a la existencia; en embrión, es cierto, pero poseedor ya de su propia individualidad, con su propio futuro... Desde este momento, adquiere el derecho a la vida, un derecho tan sagrado que en todas las tierras, violarlo, es incurrir en la pena de muerte... Nadie, sino Dios, conoce toda la gravedad de este nefastísimo crimen”.7 Las declaraciones precedentes verifican el hecho poco conocido de que el adventismo histórico no se mantuvo en silencio en cuanto a la cuestión del aborto. Si bien la Iglesia como institución no se involucró directamente en la batalla de cuarenta años para promulgar los estatutos contra el aborto en los Estados Unidos, la evidencia muestra en qué posición se situaban estos dirigentes en cuanto a los asuntos que la cruzada suscitaba. Elena G. de White no habló directamente sobre el asunto del aborto, pero hizo varias declaraciones bastante fuertes concernientes a la santidad de la vida. Por ejemplo: "La vida es misteriosa y sagrada. Es la manifestación de Dios mismo, fuente de toda vida... "Dios mira el interior de la diminuta semilla que él mismo formó, y ve en ella la hermosa flor, el arbusto y el altivo y copudo árbol. Asi también ve las posibilidades de cada ser humano".8 Y en otro lugar habló más directamente sobre el hecho de proteger la vida humana inocente cuando escribió: "La vida humana, que sólo Dios podía dar, debía conservarse sagradamente”.9 De modo que nuestra herencia adventista abarca tanto declaraciones que endosan explícitamente la santidad de la vida humana, como declaraciones que condenan el aborto. El adventismo del siglo XIX mantuvo al respecto una posición coherente con los dieciocho siglos anteriores del pensamiento cristiano. Alrededor de 1890 la influencia de la cruzada médica había dado como resultado una legislación contra el aborto en los Estados Unidos. Esto desembocó en una disminución del calor del debate público sobre el tema del aborto y comenzó lo que se ha dado en llamar “el siglo del silencio” sobre la cuestión del aborto. En realidad, el silencio sólo duró 70 años. El pensamiento cristiano sobre el aborto se mantuvo firme y consecuente durante todo este período. Esta oposición al aborto no era únicamente de carácter religioso, sino también social. Ya muy cerca de nosotros, en 1963, un panfleto sobre Paternidad planeada advertía que “un aborto mata la vida de un bebé después que ella ha comenzado. Es peligroso para la vida y la salud de la madre”.11 Pero a partir del año 1960 el clamor que exigía el derecho de abortar creció en intensidad en la sociedad norteamericana. Había comenzado un movimiento que rechazaba los estatutos contra el aborto decretados en el siglo XIX. La comunidad presiona al hospital de Hawai Los años 1970 y 1971 marcaron el punto de retorno para la posición de la Iglesia Adventista en relación al aborto. En enero de 1970 se introdujo un proyecto de ley en la legislatura de Hawai para abrogar las leyes contra el aborto. Tres semanas más tarde dicho proyecto se convirtió en ley. El Hospital Castle Memorial, institución adventista situada en Hawai, se vio de repente en la necesidad de establecer una posición con relación al aborto. En la isla de Oahu, Hawai, sólo había dos hospitales abiertos al público para casos de maternidad y obstetricia: El Hospital Kapiloani, que ofrecía exclusivamente servicios de ginecología y obstetricia (obgyn), y el Hospital Castle Memorial (HCM), el único hospital general que aceptaba pacientes de ginecología y obstetricia. (Una tercera institución médica de la isla, el Hospital Kaiser, sólo atendía a las personas inscritas en el Plan Kaiser de Salud.) El HCM, debido a su posición particular de ser un hospital general con servicios de ginecología y obstetricia, recibió numerosas solicitudes para practicar abortos electivos cuando se abrogaron las leyes contra el aborto en Hawai. Las solicitudes de aborto no eran novedad, y el HCM había permitido los así llamados abortos terapéuticos; es decir, aquellos en que la vida de la madre está en peligro casos de violación o incesto, e incluso en casos de una severa ansiedad mental de la madre.12 Pero la abolición de las leyes estatales contra el aborto había creado una situación para la cual el hospital no estaba preparado. Marvin K. Midkiff, entonces administrador del HCM, describió la forma como empezaron a aumentar las presiones para aflojar los reglamentos contra el aborto: “Un hombre muy prominente de la comunidad vino a verme y dijo, 'Mi hija de 16 años se ha metido en problemas y está en su segundo mes de embarazo, quiero que le provoquen el aborto en este hospital'. "Sacó un folleto que se había usado para recolectar fondos en su comunidad cuando se planeaba construir el hospital. El folleto declaraba: 'Este hospital será de servicio completo y proveerá todos los servicios que sean necesarios para la comunidad'. Luego me mostró el cheque de $25,000 dólares que había dado como donativo para la construcción muchos años atrás."13 Y las presiones para que el HCM proveyera el servicio de aborto, siendo que era una institución médica de “servicio completo”, comenzaron a crecer. Midkiff llamó a W. J. Blacker, presidente de la Unión del Pacífico, y le pidió que la Iglesia le orientara a fin de saber como proceder. Según Midkiff, Blacker informó a la Asociación General (AG) de la situación y luego le volvió a llamar para decirle: "Nadie sabe que la Iglesia haya tomado alguna posición con respecto a esto (el aborto)".14 De modo que el HCM estableció un reglamento provisional: "En ausencia de cualquier decisión por parte de la organización de nuestra Iglesia, en cuanto a aprobar o desaprobar el aborto, o de permitir o no su práctica en el hospital, nuestro grupo administrativo ha decidido permitir el aborto no terapéutico durante el primer trimestre (tres meses) del embarazo, tomando en cuenta que se han hecho consultas con un ministro y con dos médicos calificados y se han incluido dichas consultas por escrito en los registros del paciente. Quiero aclarar que éste es un reglamento temporal hasta cuando se nos dé una decisión de las oficinas generales de nuestra iglesia en Washington, D. C.”15 El 11 de marzo de 1970, los oficiales de la AG nombraron una comisión para estudiar el consejo que darían a los hospitales adventistas. Para entonces la idea era que la iglesia debería considerar la cuestión del aborto en junio de 1970 en Atlantic City en ocasión del congreso de la Asociación General. El 17 de marzo de 1970, Neal C. Wilson, que era presidente de la División Norteamericana, hizo una declaración sobre el aborto que fue transmitida por Religious News Service. Predijo que cuando la denominación se reuniera en Atlantic City en el mes de junio, tomaría una decisión que estaría acorde con el equilibrio. Dijo que mientras que la iglesia se alejaría de todo aquello que podría alentar la promiscuidad, “no sentiría que es nuestra responsabilidad promover leyes para legalizar el aborto... ni oponernos a ellas... "Los adventistas, aunque no practicamos el aborto, nos inclinamos más en favor que en contra de él. Y la razón es que sabemos que confrontamos grandes problemas de hambre y sobrepoblación y no nos oponemos a la planificación familiar, ni a los esfuerzos apropiados para controlar la población".16 Wilson declaró que siendo que la iglesia adventista estaba activa en 220 diferentes países, tendría muchas dificultades si tomaba una posición difícil muy precipitadamente en relación al aborto. Dijo también que los adventistas deberían favorecer el aborto en algunos casos, como violación, enfermedad física o mental de la madre, o probable enfermedad severa del feto”.17 El 13 de mayo de 1970, tras una considerable discusión y reescribir varias veces los votos, los oficiales de la AG votaron aceptar "pautas sugerentes para el aborto terapéutico”. (Véase el recuadro.) Las pautas eran, por necesidad, “sugerentes", puesto que habían sido tomadas por los oficiales y no por la junta directiva de la Asociación General. Pero el plan de llevar las pautas al pleno en el congreso de la AG para una discusión abierta fue postergado. Algunas de las comunidades médicas sintieron que las pautas para el aborto eran inadecuadas, toda vez que el aborto terapéutico siempre se había realizado, incluso desde antes que las leyes en contra del aborto de Hawai fueran abrogadas. Marvin Midkiff regresó al HCM desarmado para cumplir su promesa de traer consigo la posición oficial de la iglesia.18 Hacia una política liberal Sin embargo, el asunto permaneció latente. La comunidad médica rechazó las pautas sobre el aborto del 13 de mayo de 1970, iniciándose así un serio debate con respecto a la viabilidad de una política de puertas abiertas en los hospitales adventistas en cuanto a la realización del aborto. Durante la primera semana de julio de 1970, R. R. Bietz, uno de los vicepresidentes generales de la AG, se reunió en Honolulu con Midkiff y A. G. Streifling, presidente de la junta de fideicomisarios del HCM. En una carta fechada el 8 de julio de 1970, Bietz informó al pastor G. C. Blacker acerca del meollo de sus conversaciones. Las siguientes declaraciones sacadas de esa carta arrojan luz sobre el pensamiento de los líderes después de que las primeras pautas sobre el aborto fueron rechazadas: "Cuatro o cinco médicos no adventistas que patrocinaban el HCM deseaban ir más allá de los reglamentos actuales que sólo autorizan el aborto terapéutico. Si no se les permite hacer esto en el HCM, llevarán sus pacientes a otros hospitales en la ciudad de Honolulu. Si se les permite, existen bastantes posibilidades de que lleven a sus pacientes para otro tipo de tratamiento también. Esto podría significar una pérdida de buena voluntad y también de patrocinio para el Castle Memorial... "Nuestros mismos médicos adventistas del séptimo día se oponen enérgicamente al aborto que no sea por causas terapéuticas"19. Esto complica más el problema. Si cambiamos nuestros reglamentos podemos despertar la animosidad de nuestros propios hombres; y si no los cambiamos, seremos mal comprendidos por los médicos no adventistas del hospital. Algunos contribuyentes muy fuertes del hospital sienten que deberíamos estar dispuestos a trabajar en armonía con las leyes del Estado. En su opinión, el dinero de la comunidad y de los gobiernos estatal y federal han convertido a este hospital, para todos los propósitos prácticos, en una institución de la comunidad. Razonan, por lo tanto, que los deseos de la comunidad deben ser tomados en cuenta... "Es importante, por lo tanto, que la Unión del Pacifico, la División Norteamericana o la Asociación General tomen una posición con respecto a este asunto. La administración del hospital y la junta necesitan apoyo no importa qué dirección tomen. Si la decisión fuera aprobar los abortos más allá de lo que están haciendo ahora, no cabe ninguna duda que los médicos adventistas podrían quedar satisfechos, o al menos en silencio, si la administración tuviera el apoyo de la organización superior de la iglesia. "Tal como veo las cosas ahora, el punto crítico del asunto es mayormente teológico”.20 Mientras tanto, los oficiales de la AG, en su reunión del 6 de julio de 1970, votaron aumentar el número de miembros de la comisión anterior “a fin de estudiar qué consejo debiera darse en relación con el aborto electivo”.21 Esta decisión fue tomada en respuesta a una petición de que se diera un consejo más amplio con respecto al aborto electivo. Los miembros locales de lo que ahora se llamó "Comisión para el Estudio de los Problemas del Aborto" se reunieron el 20 de julio de 1970, para discutir las implicaciones del asunto para la Iglesia y sus instituciones de salud. Esta comisión también consideró específicamente “el punto de vista de los dirigentes de la costa occidental en ginecología”. Como no encontró solución, la comisión recomendó mayor estudio. La comisión se reunió nuevamente el 25 de septiembre de 1970 y recomendó que "la comisión que se había ampliado el 20 de julio fuera aumentada una vez más para hacerla más representativa en algunas áreas adicionales de interés y que se le autorizara reunirse al menos durante dos días para estudiar el problema a fondo, esperando que desarrollara algunas pautas que dieran uniformidad a la orientación formulada a nuestras instituciones de salud en Norteamérica"22. La comisión concluyó sus reuniones “expresando su esperanza de que, dada la urgencia descrita en la correspondencia de nuestras instituciones de salud, la comisión completa pudiera reunirse... a la brevedad posible para dar estudio a esta desafiante cuestión”23. Director médico exige una decisión El Dr. Raymond de Hay, director médico del HCM, escribió una carta a A. G. Streifling el 13 de diciembre de 1970 pidiendo que el proceso de decisión se agilizara. Al notar que las deliberaciones se habían alargado por más de diez meses, dijo que “era demasiado tiempo... sin ninguna respuesta que comunicar a los miembros del personal médico de este hospital”.24 El Dr. de Hay escribió una segunda carta protestando por la demora de la decisión, el 16 de diciembre de 1970, esta vez a R. H. Pierson, entonces presidente de la Asociación General. En su carta de Hay dijo: "Reconocemos que el HCM es un hospital operado por la Iglesia, pero también creemos que usted debe considerar que es un hospital casi público a los ojos de muchos residentes locales”. El director médico escribió que tomando en cuenta a los contribuyentes locales no adventistas del hospital en tiempo y recursos, así como las apropiaciones del Estado por más de dos millones de dólares, "nosotros, en la junta directiva de médicos, sentimos que el público local quizá tenga razón al pedir atención total en el HCM".25 Notando que la iglesia no tenia una posición oficial en cuanto al aborto, continuo diciendo: "Tenemos información bastante confiable de que varios hospitales de la costa occidental están permitiendo abortos llamados terapéuticos, pero que, al parecer, son mucho más liberales comparados con la definición de aborto terapéutico que nosotros, como profesionales de la medicina, hemos aceptado hasta hoy. Creemos que ya existen precedentes para permitir este procedimiento quirúrgico en este hospital”.26 La respuesta de Pierson a deHay (5 de junio de1971) defendia las pautas sobre el aborto del 13 de mayo de 1970, diciendo: "Están basadas sobre nuestras apreciaciones con respecto a la santidad de la vida, respeto por la imagen de la persona, nuestro sentido de responsabilidad por el bienestar de nuestros prójimos”27. Luego hizo esta declaración: "Estamos listos a apoyarles poniendo al alcance de todos un cuidado integral de la salud. Sin embargo, doctor, no aceptamos la premisa de que el cuidado total de la salud incluya el aborto"28. Entonces el pastor Pierson le informó a deHay que “una comisión competente se reunirá en Loma Linda, California, el 25 de enero (1971), para discutir más el asunto”.29 Y así, un año después que el asunto del aborto se puso a consideración de la Iglesia Adventista del siglo XX, un comité ad hoc se reunió “para asegurar que la causa de la verdad y de la humanidad sean reconocidas teológica, médica y filosóficamente en esta gran área de preocupación actual”30. De los dieciocho individuos nombrados para formar la comisión “ampliada” en una reunión de los oficiales de la AG el 6 de enero de 1971, once estuvieron presentes. Otros cuatro fueron añadidos a ellos, formando una comisión ad hoc de quince miembros.31 Actualizando las declaraciones Beach, presidente de la comisión, en sus palabras de apertura, hizo una sinopsis de la obra de la Comisión Para el Estudio del Aborto, afirmando que las pautas sobre el aborto esbozados el 13 de mayo de 1970 habían sido útiles, pero que la rapidez de los cambios en la situación, especialmente en Hawai y Nueva York, hicieron necesaria una nueva declaración más actualizada.32 Siprick, jefe del departamento de ginecología y obstetricia de la Universidad de Loma Linda, presentó una ponencia titulada: "El Problema del Aborto en Nuestro Tiempo", donde mostró la complejidad del problema en cuestión. El resto de la mañana se ocupó en la discusión del número de abortos terapéuticos practicados en los hospitales adventistas (por ejemplo, el hospital de Glendale: 1966, 1 aborto: 1967,3; 1968, 4; 1969, 10 y 1970 34. El White Memorial Hospital: 1968, 3 abortos; 1969, 12 y 1970, 79). También se discutieron los problemas que afrontaba el HCM debido a la derogación de las leyes contra el aborto de Hawai. En la sesión de la tarde Provonsha presentó una monografía titulada "An Adventist Position Regarding the Abortion Problem" (Una posición adventista con respecto al problema del aborto). En su ponencia abogó porque en cada intento de aborto se procurara salvar tanto la vida de la madre embarazada como la del feto en desarrollo; “pero si esto no puede hacerse, y uno de los dos tiene que sacrificarse, el valor humano menor tiene que sacrificarse en favor del superior”.33 Después de la presentación de Provonsha, la comisión votó enmendar y revisar las pautas sobre el aborto formuladas el 13 mayo de 1970. La comisión concluyó su trabajo ese día recomendando que los oficiales de la AG nombraran una comisión que continuara estudiando el asunto. Ya de regreso en Washington esta comisión reinició su trabajo abocándose primeramente a la tarea de enmendar y revisar las antiguas pautas, pero sus esfuerzos dieron por resultado el desarrollo de un documento totalmente nuevo titulado: “Pautas para la interrupción del Embarazo”. Este documento contenía tanto una declaración de principios como pautas recomendables para “una interrupción del embarazo". Una comparación de este documento con las ponencias de los doctores Ziprick y Provonsha, presentadas en las reuniones de la Universidad de Loma Linda, revela que sus ideas y la fraseología que utilizaron sirvieron como fuentes primarias para redactar ambas partes del documento. El nuevo documento sufrió una serie de revisiones. La declaración de principios fue preparada y luego ampliada durante el mes de febrero de 1971. Entre febrero y junio las pautas tuvieron al menos tres formas. Se añadió una cuarta pauta declarando que el aborto se permitia "en el caso de una madre no casada menor de 15 años". Más tarde, se añadió una quinta pauta que permitia el aborto "cuando, en armonía con la declaración de principios mencionada arriba, los requerimientos para el funcionamiento de la vida humana demandan el sacrificio del valor menor en potencial humano”.34 Con el tiempo se revisó esta pauta para decir que el aborto se permitía cuando por alguna razón los requerimientos para el funcionamiento de la vida humana demandan el sacrificio del valor menor en potencial humano” (la cursiva es nuestra). Las revisiones también eliminaron la palabra "grave" de la pauta 2, que pertenecía a las deformaciones físicas y el retardo mental, y la palabra “seriously” (seriamente) en la pauta 1. ¿Por qué las dilaciones? Después la comisión entregó a los oficiales de la AG, como “informe tentativo” una declaración que contenía la mayoría de las revisiones anotadas arriba. Pero no se tomó ningún voto, y la Unión del Pacífico continuó ejerciendo presión para que se tomara una decisión.35 Beach dio una idea del porqué de la demora en la adopción de una declaración: "Mi opinión es que no debemos abrir la puerta al aborto, sino mantenerlo dentro del contexto de una filosofia total. Si yo leo las publicaciones correctamente, hay un creciente sentimiento en favor de una línea más conservadora que la que promueve el movimiento de liberación adoptado, más o menos, en algunos de los Estados. Necesitamos observar esto y asegurarnos de que nuestra filosofia es básicamente sólida"36. Los oficiales de la AG votaron el 14 de junio de 1971 pedir a N. C. Wilson, C. E. Bradford, y R. F. Waddell actuaran como comisión para refinar ciertos aspectos del informe “interrupción del embarazo", sometido a consideración por la Comisión para el Estudio del Aborto.37 Finalmente, el 13 de julio de 1971, Wilson pudo escribir a Blacker que la AG había adoptado algunas pautas: “Por favor, domínese y no se haga muchas ilusiones, pero finalmente tenemos un informe para usted concerniente a la interrupción del embarazo. Este es un término más sofisticado que la palabra 'aborto': y siendo que hay un aborto terapéutico y otro electivo, sentimos que el nuevo término cubre mejor el espectro total. Con seguridad no hemos contestado todas las preguntas que pueden surgir, ni hemos hecho provisión para abrir la puerta en armonía con ciertas presiones que se están produciendo en relación a la profesión médica en la actualidad. Sentimos que es una posición justa y defendible. Espero que le sea útil a usted y a nuestros hermanos que han estado afrontando el problema durante más de un año en Hawai".38 Pero, no fue sino hasta el 10 de agosto de 1971 que C. E. Bradford, secretario de la comisión -que ahora se llamaba Comisión para el Estudio de la Interrupción del Embarazo-, entregó la declaración “como la opinión de una comisión representativa de teólogos, médicos, maestros, enfermeras, psiquiatras, laicos, etc., quienes se reunieron en Loma Linda, California, el 25 de enero de 1971, con el entendido de que el informe debe usarse como consejo a las instituciones médicas denominacionales"39. La declaración tenía como subtitulo, “Recomendaciones para las Instituciones Médicas Adventistas del Séptimo Día”. En la carta que envió junto con la declaración, Bradford hizo la siguiente observación: “Supongo que usted diría que esto es quasi oficial, sin el imprimatur total de los hermanos”.40 Así que, después de más de un año y medio de trabajo y discusiones intermitentes de las comisiones, la Iglesia Adventista todavía no tenía una posición oficial sobre la cuestión del aborto. ¿Significaba esto que el HCM se quedó en las mismas que cuando se abolieron las leyes contra el aborto en Hawai en enero de 1970? La respuesta es no. La fraseología de las nuevas pautas eran lo suficientemente abiertas como para que cualquiera las interpretara a su gusto”41. Esto permitió al HCM abrir sus puertas al aborto indiscriminado hasta la vigésima semana (e incluso más tarde por "fuertes razones sociales y médicas")42 y todavía estar en armonia con las pautas de la AG. Sigue la confusión, nuevos reglamentos Al fin la Iglesia tenía una política, por muy semioficial que fuera. Pero una corriente de información engañosa y productora de confusión comenzó a circular aun antes de que la comisión terminara su trabajo. La revista The Ministry publicó dos artículos sobre la cuestión del aborto. En el primero, W. R. Beach concluía: "Excepto en circunstancias extremas, enumeradas bajo nuestras pautas sobre el aborto terapéutico, sería mejor incrementar nuestra reverencia por la vida y el camino cristiano que conduce a ella"43. Se refería, por supuesto, a las tres pautas que habían sido aceptadas el 13 de mayo de 1970. El Dr. Ralph R. Waddell, secretario del Departamento de Salud de la AG escribió el segundo articulo: "Abortion is not the answer" (El aborto no es la respuesta). Llamando al aborto “una guerra en la matriz”, dijo: "Como cristianos aborrecemos el pensamiento de una carnicería al por mayor en este nivel". Aunque aceptamos el aborto terapéutico basados en indicaciones médicas probadas, no encontramos el aborto electivo compatible con los conceptos que tenemos de la persona humana. Siguió diciendo que los abortos terapéuticos deberían realizarse durante los primeros tres meses, antes que pueda considerarse con vida al embrión”.45 En ese mismo número, The Ministry publicó las pautas sobre el aborto del 13 de mayo de 1970. Es importante recordar que éste fue el número del mes de marzo de 1971. El 25 de enero de ese mismo año, la comisión reestructurada para tratar el tema del aborto, había votado “enmendar y revisar” estas pautas originales y para el tiempo de la publicación de las nuevas Pautas para la Interrupción del Embarazo ya se habían escrito y estaban en la etapa final de revisión." Un oficial de la AG y miembro de la Comisión para el Estudio del Aborto protestó enérgicamente contra la publicación de este material. Robert E. Osborn, en una carta escrita el 2 de marzo de 1971 a W. R. Beach, expresó: "Me parece que esos artículos son completamente prematuros, y si no, entonces el nombramiento de una comisión (la comisión de Loma Linda) para considerar el asunto con más profundidad es una farsa".47 La protesta de Osborn se basaba en su conocimiento de que las pautas originales fueron consideradas demasiado restrictivas y ahora estaban siendo cambiadas. Beach defendió la decisión de publicar los artículos y las pautas: "En vista del hecho de que el próximo informe de la comisión que se reunió en Loma Linda liberará, en cierto modo, las actuales pautas, creo que desde un punto de vista práctico fue bueno hacer una exposición razonada de la presente situación y de los puntos de vista futuros. Pienso que será evidente que nuestro punto de vista ha sido liberalizado. Siento, sin embargo, que esta liberalización será comprendida y aceptada".48 Pero la publicación de las nuevas pautas, que habrían permitido la “liberalización” y que se esperaba fueran “comprendidas y aceptadas”, nunca ocurrió. Que el grupo más restrictivo de pautas fueran publicadas y el nuevo conjunto, que era más liberal, no lo fuera, dio lugar a una abrumadora confusión entre el ministerio y los laicos adventistas en relación a la posición de la Iglesia sobre la cuestión del aborto y su práctica en nuestras instituciones médicas. No hay evidencia de que los dirigentes intentaran educar o informar correctamente a los ministros y a la Iglesia con respecto al nuevo conjunto de pautas y sus implicaciones. De hecho, uno busca en vano evidencias de un esfuerzo determinado y de buena fe de parte del liderazgo para resistir la inercia de esa información original errónea. En efecto, la Iglesia ha tenido, con relación a su posición sobre el aborto, dos diferentes actitudes. Las pautas sobre el aborto publicadas el 13 de mayo de 1970 habían permitido a la Iglesia presentar ante su ministerio y sus miembros, así como al público en general, la apariencia de una postura restrictiva hacia el aborto. Y al mismo tiempo, a través de las Pautas Sobre la Interrupción del Embarazo que no se publicaron, han dado a sus hospitales luz verde, en la práctica, económicamente significativa, del aborto electivo. El Adventismo y el aborto De modo que, ¿cuál es la verdad acerca del Adventismo y el aborto? ¿Constituye el aborto electivo la norma para las instituciones de salud adventistas? Sobre esta pregunta, M. C. Midkiff dijo: "Creo que si usted investiga un poquito, encontrará que la mayoría de los hospitales adventistas permiten el aborto a quien lo solicite”.50 Una explicación que Ronald D. Marx, presidente del Hospital Adventista de Washington, me escribió en una carta donde apoya el pronóstico de Midkiff: "La administración, por lo tanto, de buena fe, deja la responsabilidad de decidir en pro o en contra del aborto, al médico y a la paciente, quienes, en realidad, son las únicas personas que conocen la situación médica total y las consecuencias del caso".51 La Guía para el Campo del Cuidado para la Salud de la Asociación Norteamericana de Hospitales de 1986, enumera doce de los 56 hospitales adventistas en los Estados Unidos, que ofrecen "servicios de aborto", incluyendo “un programa e instalaciones”. Resumen El adventismo primitivo publicó posiciones en armonía con la cruzada médica contra el aborto, aunque no fue activo en el movimiento. La Iglesia produjo su primer grupo de pautas sobre el aborto en 1970, cuando la actitud de la sociedad norteamericana hacia el aborto había cambiado y algunos de los hospitales de la iglesia estaban sufriendo una creciente presión de sus comunidades para proveer servicios para abortar. Menos de un año después de la primera serie de pautas, la Iglesia las revisó y las amplió. Las pautas resultantes, que fueron más liberales, han permitido a los hospitales adventistas una amplia libertad para la práctica del aborto, libertad que ha dado lugar a un gran número de abortos. Si bien la Iglesia ha vacilado en darlo a conocer, es obvio que en el presente, ya sea en política o en la práctica, sus instituciones médicas no se limitan al aborto terapéutico. Pautas sobre el aborto de 1970 "Se cree que el aborto terapéutico puede realizarse por las siguientes razones establecidas: 1. Cuando la continuación del embarazo puede amenazar la vida de una mujer o dañar seriamente su salud. 2. Cuando la continuación del embarazo resultará probablemente en el nacimiento de un niño con graves deformaciones físicas o retardo mental. 3. Cuando la concepción se ha producido como resultado de una violación o incesto. Cuando un aborto terapéutico ha sido aprobado, debería realizarse durante el primer trimestre del embarazo". Pautas de 1971 para la interrupción del embarazo 1. Cuando la continuación del embarazo puede amenazar la vida de una mujer o dañar su salud. 2. Cuando la continuación del embarazo terminará probablemente en el nacimiento de un niño con deformaciones físicas o retardo mental. 3. Cuando la concepción ha ocurrido como resultado de una violación o un incesto. 4. Cuando el caso implica a una menor de 15 años de edad no casada. 5. Cuando, por algunas razones, los requirimientos de funcionamiento de la vida humana demandan el sacrificio del valor menor de potencial humano." “Cuando la interrupción del embarazo indicado deba realizarse, ha de efectuarse tan pronto como sea posible, preferiblemente durante el primer trimestre de embarazo”. Ambas series de pautas dicen que ninguna persona debería ser obligada a someterse, ni ningún médico a participar en un aborto si él o ella tienen una objeción ética o religiosa. Las pautas de 1971 amplian esto para incluir a enfermeras y personal paramédico. Hace tres años la Junta Directiva de la Asociación General nombró la Comisión Para el Punto de Vista Cristiano de la Vida (CVHLC, por sus siglas en inglés), para revisar las pautas del hospital sobre ol aborto y otros asuntos referentes a la vida humana, como la fertilización in vitro, la eutanasia y la contracepción. La CVHLC hizo un proyecto de declaración que fue impreso en The Ministry de julio de 1990. Esta declaración circula actualmente para su revisión a través de todas las divisiones mundiales con el objeto de refinarla más. Entonces se hará una decisión, ya sea que el proyecto final quede como un simple consenso de la comisión o que algún cuerpo superior como un Concilio Anual lo ratifique. Los editores 1. Sermón por Barry E. Wood, pastor de la Solid Rock Church, Eleanor Roosevelt High School, Greenbelt, Maryland, 20 de enero de 1985.
2. Ibid. 3. Adventist Review, 1 de sept de 1983, pág. 14 4. John Todd, Advent Review and Sabbath Herald, 25 de junio de 1867. pág. 30. 5. Advent Review and Sabbath Herald, 30 de noviembre de 1869, pág. 184. 6. James White, A Solemn Appeal (Battle Creek, Mich: Steam Press, 1870), págs. 100, 101. 7. J.H. Kellogg, M.D. Man, the Masterpiece (Battle Creek, Mich.: Modern Medicine Publishing Company, 1894), págs. 423-425. 8. El ministerio de curación, pág. 309 9. Patriarcas y profetas, pág. 552 10. Kristin Luker, Abortion and the Politics of Motherhood (Berkeley and Los Angeles: University of California Press, 1984), pág. 40. 11. John Powell, Abortion: The Silent Holocaust (Allen, Texas: Argus Communications, 1981). pág. 92 12. Conversación con Marvin C. Midkift, 22 de octubre de 1986. 13. Marvin C. Midkiff, speech to Kailua, Hawai Rotary Club, enero/febrero, 1970 14. Conversación con Midkiff. 15. Discurso de Midkift. 16. Religious News Service, 17 de marzo de 1970. 17. ld, pág. 17. 18. Conversación con Midkiff. 19. R. R. Bietz a W. J. Blacker, 8 de julio de 1970. 20. Reunión de los oficiales de la Asociación General, minutas, 6 de julio de 1970, págs. 70-330 21. Comisión para los problemas planteados por el aborto, minutas, 25 de septiembre de 1970. 22. Ibíd 23. Raymond de Hay a A. G. Streifling, 13 de diciembre de 1970 24. Raymond de Hay a R. H. Pierson, 16 de diciembre de 1970 25. Ibíd. 26. R. H. Pierson a Raymond de Hay, 5 de enero de 1971. 27. Ibíd. 28. Ibíd. 29. W. R. Beach a la Comisión sobre el problema del Aborto, 11 de enero de 1971. 30. Estuvieron presentes: W.R. Beach; David Hinshaw, M.D.; P.C. Heubach; C. B. Hirsch: Gordon Hyde; Joann Krauze; Elizabeth Larsen, M.D.: R. E. Osbom; Jack W. Provonsha, M.D.; A. G. Streifling: W. D. Walton; N. C. Wilson; Mrs. C. Woodward, Harold Ziprick, M.D. y C. E. Bradford. El miembro más notable de la comisión que estuvo ausente fue RH. Pierson, quien había declarado exactamente 20 días antes su apoyo a las pautas existentes. 31. Minutas de la Comisión de la AG sobre el aborto, 25 de enero de 1971. 32. Ibíd. 33. Jack Provonsha, M.D., "An Adventist Position Regarding the Abortion Problem" (Una posición adventista con respecto a los problemas del aborto), págs. 10, 11. 34. Beach dijo que esta pauta "debería cubrir razones menos definidas para cualquier interrupción del embarazo". W. R Beach a N. C. Wilson, 8 de marzo de 1971. 35. W. J. Blacker a N. C. Wilson, 30 de marzo de 1971. 36. W. R. Beach a N. C. Wilson, 11 de mayo de 1971. 37. Minutas de la reunión de los oficiales de la AG, 14 de junio de 1971, págs. 71-218. 38. N. C. Wilson a W. J. Blacker, 13 de julio de 1971. Los oficiales de la AG votaron aceptar la "Declaración de Principios sobre la Interrupción del Aborto" el 21 de junio de 1971, 39. C. E. Bradford, 10 de agosto de 1971. 40. Ibíd. 41. Conversación con Midkiff. 42. Bietz, op. cit., pág. 2, 43. W. R. Beach. The Ministry, marzo de 1971, pág. 6. 44. R. F. Waddell, The Ministry, marzo de 1971, pág. 9. 45. Ibíd. 46. W. R. Beach a N. C. Wilson, 8 de marzo de 1971 47. R. E. Osborn a W. R. Beach, 2 de marzo de 1971. 48. W. R. Beach a R. E. Osborn, 8 de marzo de 1971. 49. Desde 1971 las declaraciones aparecidas en la prensa adventista han mantenido esta confusión. Véase, por ejemplo, el editorial escrito por Eugene Durand en The Adventist Review,"About Abortion (1 de septiembre de 1983. pag. 14), quien llamó a las pautas sobre el aborto de 1970, "lo más cerca que esta iglesia estuvo de una posición sobre el problema". El editorial numeraba más adelante las pautas 4 y 5, pero no hizo ningún esfuerzo para señalar por que fueron añadidas o que significaban. Véase también la columna "Dear Miriam" (Querida Miriam) en la Adventist Review del 12 de septiembre de 1985 (pág. 21). La autora dijo que después de leer una carta de una lectora con respecto a la política de la Iglesia acerca del aborto, ella se “comunicó inmediatamente con el Departamento de Salud y Temperancia de la Asociación General y descubrió que una declaración de pautas sobre el aborto se había redactado en 1970 y distribuida en todos los Hospitales Adventistas". Ella, lógicamente, dedujo que “los abortos de conveniencia” que se practicaban en los Hospitales Adventistas eran el resultado de “infracciones a las pautas y reglamentos”. Al parecer, el Departamento de Salud y Temperancia no lo dijo nada a la autora acerca de la existencia del segundo grupo de pautas que eran más liberales. Pero la mayor declaración que desinforma y engaña a la Iglesia sobre esta cuestión vino del presidente de AHS/US, Donald Welch. El 13 de febrero de 1986, en una entrevista que la Adventist Review llamó una “mirada en profundidad al Sistema Adventista de Salud”. Welch dijo: “La Iglesia desarrolló pautas para los hospitales e instituciones para el cuidado de la salud con respecto al aborto en 1969 (sic). Dichas pautas desalientan vigorosamente el aborto. Permiten el aborto en ciertos casos donde hay una consulta médica varios médicos concuerdan en que necesita realizarse para bien de la salud de la madre, y en algunos otros casos como la violación”. Welch continuo: “Seré franco y le diré que hubo un tiempo cuando varias de nuestras instituciones realizaban bastantes abortos, situación que llevó a la adopción de las pautas”. Sea que lo intentara o no, lo menos que se puede decir es que las declaraciones de Welch fueron falsas. 50. M. C. Midkiff a Bert Haloviak, 20 de octubre de 1986. 51. R. D. Marx al señor George Gainer y su esposa, 19 de abril de 1985. 52. Guide to the Health Care Field, 1986 de la Asociación Norteamericana de Hospitales. (La Guia se basa en la información que entregan los hospitales.) Los hospitales enumerados son los siguientes: Castle Medical Center, Hadley Memorial Hospital, Handford Community Hospital, Loma Linda University Medical Center, Porter Memorial Hospital, Portland Adventist Medical Center, Shady Grove Adventist Hospital, Shawnee Mission Medical Center, Sierra Vista Hospital, Walla Walla General Hospital, Washington Adventist Hospital, y White Memorial Medical Center História das diretrizes adventistas sobre o aborto George B. Gainer
George B. Gainer é o capelão da Columbia Union College em Takoma Park, Maryland. Este artigo é uma versão condensada de um trabalho de pesquisa que foi apresentado na conferência sobre o aborto, realizada na Universidade de Loma Linda em novembro de 1988. [A história das diretrizes sobre o aborto, adotadas pela igreja, diz muito sobre onde estamos em relação ao aborto e por que estamos aqui.] Minhas perguntas sobre o aborto e a Igreja Adventista do Sétimo Dia começaram em um frio dia de janeiro de 1985. Um encontro “casual” com um pastor, enquanto eu procurava uma vaga de estacionamento no Instituto Smithsonian em Washington, DC, levou a um convite para assistir a um serviço religioso de sua igreja em uma ocasião futura. No domingo seguinte, eu fui à igreja para ouvi-lo pregar. Como cheguei tarde, sentei-me, sem ser notado, em um banco no fundo da igreja. Quando o pastor se levantou para pregar, ele anunciou à congregação que aquele era o Domingo da Santidade da Vida. Depois de passar algum tempo argumentando sobre a base bíblica para a santidade da vida, ele contou a seguinte história: “Quando minha esposa estava grávida de nosso filho Seth, nós decidimos procurar um médico cristão, que compartilhasse nossas crenças sobre a santidade da vida. Então, fomos de carro até Takoma Park, Maryland, ao consultório do Dr. Fulano de Tal, que é adventista do sétimo dia. Depois de realizar os exames que confirmaram a gravidez, a primeira pergunta que o médico fez a minha esposa foi: ‘Você quer ter esse bebê ou quer um aborto’? Nós nos entreolhamos chocados, cheios de incredulidade. Então nos viramos para o médico e dissemos: ‘Desculpe. Certamente estamos no lugar errado’. Nós nos levantamos e fomos embora”.1 Na parte final do sermão, o pastor incentivou à congregação a fazer perguntas e comentários. Uma senhora perguntou: “Você tem certeza de que o que disse sobre os adventistas do sétimo dia é verdade? Eu sempre pensei que eles fossem cristãos que acreditavam na Bíblia”. Ele respondeu: “Eu lamento dizer a você que os adventistas do sétimo dia estão abortando centenas de bebês em seus hospitais”.2 Enquanto todos cantavam um hino, eu saí...sem ser visto, mas visivelmente abalado. Qual era a verdade em relação ao adventismo e ao aborto? Lembrei-me de ter visto um editorial da Adventist Review que afirmava: “A Igreja Adventista não tem uma posição oficial sobre o aborto”.3 Mas o que isso significava? Significava que a igreja não via implicações morais na prática do aborto? Será que ela realmente não tomava nenhuma posição a respeito? Como a falta de uma posição oficial afetaria a prática cotidiana dos hospitais do Sistema Adventista de Saúde? A busca por respostas para essas perguntas levou-me a pesquisar a história da posição de nossa igreja sobre o aborto. Primeiros pontos de vista sobre o aborto A edição de 25 de junho de 1867 do Advent Review and Sabbath Herald (periódico adventista) continha o que talvez haja sido a primeira declaração sobre o aborto a aparecer na literatura adventista. Em um artigo intitulado “Assassinato Elegante”, o autor, John Todd, elogiou o trabalho da Cruzada Médica, um movimento que surgiu no final do século XIX contra o aborto, que era praticado amplamente nos Estados Unidos durante os primeiros anos desse século. Falando sobre o aborto, Todd declarou: “O assassinato intencional de um ser humano em qualquer etapa de sua existência é crime”.4 A questão do aborto foi abordada novamente na edição de 30 de novembro de 1869 da Advent Review and Sabbath Herald. O artigo com o título A Few Words Concerning a Great Sin (Algumas palavras sobre um grande pecado), declarava: “Um dos pecados mais chocantes e ainda assim um dos mais prevalecentes entre esta geração é o assassinato de bebês em gestação. Aqueles que creem que esse é um pecado menor leiam o Salmo 139:16. Ali, verão que até mesmo o nome dos bebês que estão por nascer está escrito no livro da vida de Deus. E eles podem estar seguros de que o assassinato de tais bebês não passará despercebido por Deus”.5 O livro adventista, intitulado A Solemn Appeal (Um Apelo Solene), continha mais uma referência ao aborto. James White editou esse livro em 1870 enquanto era presidente da Associação Geral. White incluiu em seu livro um trecho da obra Exhausted Vitality, escrita pelo Dr. E. P. Miller. A citação que ele usou reflete bem os fortes sentimentos de repulsa dos médicos que participaram da cruzada contra o aborto. Miller descreveu o aborto como um “negócio nefasto”; uma “prática pior que o satanismo” e um “terrível pecado”. Ele também declarou: “Muitas mulheres decidem que não querem ser mães e se submetem ao tratamento mais vil, cometendo o crime mais bárbaro para alcançar seus objetivos. E muitos homens, que já têm 'todos os filhos que podem sustentar', em vez de refrear suas paixões, ajudam a eliminar os bebês que eles mesmos geraram”. “O pecado está à espreita na porta de ambos os pais, na mesma medida”.6 O Dr. Kellogg expressa sua opinião E que dizer do “braço direito” da igreja, o seu trabalho médico? Em seu livro Man, the Masterpiece, publicado em 1894, o Dr. John Harvey Kellogg argumentou contra a ideia de que o aborto era permissível antes que o bebê começasse a se mexer no útero. “Desde o momento da concepção, esses processos estão em pleno funcionamento e resultam na produção de um ser humano plenamente desenvolvido a partir de uma simples gota gelatinosa, de uma célula diminuta. Assim que esse desenvolvimento começa, um novo ser humano vem à existência, na forma de um embrião, é verdade, mas esse ser já possui sua própria individualidade, seu próprio futuro... A partir desse momento, ele adquire o direito à vida, um direito tão sagrado que em toda a terra violá-lo é incorrer na pena da morte... Ninguém, exceto Deus, conhece toda a extensão da gravidade desse crime tão horrendo”.7 As declarações citadas anteriormente confirmam o fato pouco conhecido de que o adventismo histórico não deixou de se pronunciar em relação à questão do aborto. Embora a Igreja adventista não tenha se envolvido diretamente na batalha de 40 anos para promulgar as leis contra o aborto nos Estados Unidos, a evidência mostra qual era a posição de seus líderes em relação às questões que a cruzada suscitava. Ellen G. White não abordou diretamente a questão do aborto, mas fez várias declarações bastante fortes a respeito da santidade da vida humana. Ela escreveu: “A vida é misteriosa e sagrada. É a manifestação do próprio Deus, fonte de toda vida... “Deus olha para a diminuta semente que Ele mesmo formou e vê nela a bela flor, o arbusto ou a alta e frondosa árvore. Ele também vê, da mesma maneira, o potencial de cada ser humano”.8 Em outra publicação, ela falou de maneira ainda mais direta sobre a importância de proteger a vida humana ao escrever: “A vida humana, que só Deus é capaz de dar, deveria ser sagradamente preservada”.9 Portanto, nossa herança adventista contém tanto declarações que defendem explicitamente a santidade da vida humana, como declarações que condenam explicitamente o aborto. O adventismo do século 19 estava em plena harmonia com os 18 séculos anteriores do pensamento cristão. Por volta de 1890, a influência da Cruzada Médica teve como resultado a criação de leis contra o aborto nos Estados Unidos. Isso resultou em um esfriamento do debate público sobre o aborto e deu início ao chamado “século do silêncio” em relação a essa delicada questão.10 Na verdade, esse “silêncio” durou cerca de 70 anos. O pensamento cristão sobre o aborto se manteve consistente durante esse período. Essa oposição ao aborto não se limitava apenas à igreja, ela também era evidente em toda a sociedade. Mais recentemente, em 1963, um panfleto sobre a Paternidade Responsável advertia que “um aborto tira a vida de um bebê depois de ela ter começado. É perigoso para a vida e para saúde da mãe.”11 Porém, na década de 1960, o clamor pelo direito ao aborto soava com uma intensidade crescente na sociedade americana. Havia começado um movimento que lutava para revogar as leis antiaborto, decretadas no século XIX. A comunidade pressiona o hospital do Havaí Os anos de 1970 e 1971 foram marcantes para a posição da Igreja Adventista do Sétimo Dia em relação ao aborto. Em Janeiro de 1970, foi introduzido um projeto de lei na legislatura do Havaí para revogar as leis contra o aborto nesse estado americano. Três semanas depois, esse projeto se tornou lei. O hospital adventista, Castle Memorial, se viu repentinamente obrigado a tomar uma posição definida em relação ao aborto. Na ilha de Oahu, Havaí, havia apenas dois hospitais abertos ao público para atender os casos de maternidade ou obstetrícia: O Hospital Kapiolani, que atendia unicamente os casos de ginecologia e obstetrícia e o Hospital Castle Memorial (HCM), o único hospital geral que aceitava pacientes das aéreas de ginecologia e obstetrícia. (A terceira instituição médica da ilha, o Hospital Kaiser, atendia apenas as pessoas que tinham o plano de saúde Kaiser). O HCM recebeu numerosos pedidos para praticar abortos seletivos depois que as leis antiaborto foram revogadas no Havaí, isso, devido a sua característica singular de ser um hospital geral que oferecia serviços de ginecologia e obstetrícia. Os pedidos de abortos não eram nenhuma novidade e o HCM permitia os chamados abortos terapêuticos — aqueles praticados para salvar a vida da mãe nos casos em que a gravidez era fruto de estupro ou incesto ou até mesmo quando se diagnosticava uma ansiedade mental severa na gestante.12 Entretanto, a anulação das leis estaduais contra o aborto havia gerado uma situação para a qual o hospital não estava preparado. Marvin C. Midkiff, administrador do HCM na época, descreveu como a pressão para afrouxar a política contra o aborto começou a aumentar: “Um homem muito influente desta comunidade veio me ver e disse: ‘Minha filha de 16 anos se meteu em problemas. Ela está no segundo mês de gravidez, e eu quero que lhe pratiquem um aborto neste hospital’”. “Ele mostrou um folheto que havia sido usado para arrecadar fundos em sua comunidade quando se planejava construir o hospital. O folheto dizia: ‘Este hospital atenderá TODAS AS ESPECIALIDADES MÉDICAS e prestará todos os serviços necessários aos residentes da comunidade’. Ele também me mostrou o cheque de 25 mil dólares, que havia sido doado para a construção, anos atrás”.13 Visto que o HCM atendia “todas as especialidades médicas”, a pressão para que praticasse abortos, quando solicitados, começou a aumentar. Midkiff chamou o presidente da Pacific Union Conference, W. J. Blacker, e pediu que a Igreja o orientasse sobre como proceder. De acordo com Midkiff, Blacker informou a situação à Associação Geral (AG) e depois entrou em contato com ele para dizer que “ninguém sabe ao certo se a igreja adotou alguma posição a respeito [do aborto]”.14 Assim, o HCM estabeleceu um regulamento de caráter provisório. “Na ausência de qualquer decisão por parte da organização de nossa igreja em relação a aprovar ou desaprovar o aborto ou a permitir ou não sua prática no hospital, nossa administração decidiu permitir o aborto por razões não terapêuticas durante o primeiro trimestre (três meses) de gravidez, desde que haja sido aconselhado por um ministro e por dois médicos qualificados, e que as consultas pertinentes tenham sido registradas nos prontuários das pacientes. Quero deixar claro que este é um regulamento provisório, válido até que a sede de nossa igreja, em Washington, DC, emita uma decisão”.15 Em 11 de março de 1970, os oficiais da AG nomearam uma comissão para considerar as orientações que dariam aos hospitais adventistas. Naquela época, se pensava que a igreja deveria considerar a questão do aborto em junho de 1970, durante a Conferência Geral (CG) em Atlantic City, Estados Unidos. Em 17 de março de 1970, o presidente da Divisão Norte-americana, Neal C. Wilson, fez uma declaração sobre o aborto, que foi transmitida pelo Religious News Service. Ele predisse que quando a denominação se reunisse em Atlantic City, no mês de junho, adotaria uma posição moderada. Ele afirmou que, embora a igreja se afastasse de qualquer coisa que encorajasse a promiscuidade, ela “não sentia que fosse nossa a responsabilidade de promover leis para legalizar o aborto... nem de nos opor a elas...” “Embora nossa posição seja neutra, nós adventistas nos inclinamos pelo aborto e não contra ele. Nós estamos conscientes de que enfrentamos grandes problemas de fome e de superpopulação, por essa razão, não nos opomos ao planejamento familiar nem aos esforços adequados para controlar a população”.16 Wilson declarou que como a Igreja estava ativa em 220 países diferentes, ela teria problemas se adotasse uma posição dura e precipitada em relação à questão do aborto. Ele também disse que os adventistas podem estar a favor do aborto em alguns casos como: estupro; doenças físicas ou mentais da mãe ou uma provável doença grave no feto.17 Em 13 de maio de 1970, depois de muita discussão e mudanças na redação do texto, os oficiais da AG fizeram uma votação para aprovar as “diretrizes sugeridas para o aborto terapêutico” (ver quadro na página 12). As diretrizes eram necessariamente “sugeridas”, já que haviam sido votadas pelos oficiais e não pela diretoria da Associação Geral. Mas o plano para levar as diretrizes ao plenário, discuti-las e submetê-las a votação durante a Conferência Geral foi descartado. Alguns membros da comunidade médica achavam que as diretrizes sobre o aborto eram inadequadas, já que o aborto terapêutico havia sido praticado muito antes da revogação das leis antiaborto no Havaí. Marvin Midkiff regressou ao HCM, da sessão da CG, impossibilitado de cumprir sua promessa de trazer consigo a posição oficial da igreja.18 Rumo a uma política de liberalização O problema, no entanto, permaneceu latente. A comunidade médica rejeitou as diretrizes sobre o aborto, apresentadas em 13 de maio de 1970. Isso marcou o início de sérias discussões sobre a viabilidade de uma política de portas abertas para o aborto solicitado nos hospitais adventistas. Durante a primeira semana de Julho de 1970, R. R. Bietz, um dos vice-presidentes da AG, reuniu-se em Honolulu com Midkiff e A. G. Streifling, presidente do conselho de administradores do HCM. Em uma carta datada de 8 de julho de 1970, Bietz relatou o conteúdo de suas conversas para W. J. Blacker. Os seguintes trechos da carta revelam o pensamento dos líderes depois que as primeiras diretrizes sobre o aborto foram rejeitadas: “Cinco ou seis médicos não-adventistas, que patrocinavam o Castle Memorial, desejavam ir além da política atual de realizar somente abortos terapêuticos. Se eles não tiverem autorização para fazer isso no HCM, vão levar seus pacientes para outros hospitais da cidade de Honolulu. Se isso for feito, as chances de que eles também levem seus pacientes lá para outros tratamentos são bastante altas. Isso poderia significar uma perda de boa vontade e também de patrocínio para o Castle Memorial”... “Nossos próprios médicos adventistas do sétimo dia se opõem firmemente ao aborto que não seja por razões terapêuticas.19 Isso complica ainda mais o problema. Se alterarmos nossa política, podemos gerar antagonismo em nossos próprios homens e se não mudarmos, seremos mal interpretados pelos médicos não-adventistas. Alguns contribuintes de peso do hospital acham que deveríamos estar dispostos a trabalhar em harmonia com as leis do estado. Em sua opinião, foi o dinheiro da comunidade e dos governos estatal e federal que converteu este hospital, para todos os efeitos práticos, em uma instituição para a comunidade. Eles entendem, portanto, que os desejos da comunidade devem ser levados em consideração”... “É importante que a União do Pacífico, a Divisão Norte-Americana, e a Associação Geral tomem uma posição em relação a esse assunto. A administração do hospital e o conselho diretivo precisam de apoio, sem importar a direção que possam tomar. Se a decisão for a de praticar abortos com mais liberdade do que já estão fazendo agora, os médicos adventistas poderiam sem dúvida estar satisfeitos, ou pelo menos calados, se a administração contasse com o apoio da cúpula da igreja”. “A meu ver, o âmago da questão é principalmente teológico”.20 Enquanto isso, em sua reunião de 6 de Julho de 1970, os oficiais da AG já tinham votado uma ampliação de sua antiga comissão “para que pudessem estudar as orientações que deveriam dar em relação ao aborto seletivo”.21 Essa decisão foi tomada em resposta a um pedido para proporcionar mais orientação sobre o aborto seletivo. Os membros locais do que na época foi chamado de Comissão para o Estudo dos Problemas do Aborto reuniram-se em 20 de julho de 1970, para discutir as implicações dessa questão para a igreja e para suas instituições de saúde. Essa pequena comissão também analisou de maneira específica “o ponto de vista dos nossos líderes da costa oeste sobre ginecologia”. Ao não encontrar nenhuma solução, a comissão recomendou um estudo mais profundo. A comissão reuniu-se novamente em 25 de setembro de 1970 e recomendou que “a comissão que havia sido ampliada em 20 de julho daquele ano fosse expandida mais uma vez, para torná-la mais representativa em outras áreas de interesse e autorizá-la a reunir-se durante cerca de dois dias, a fim de estudar o problema em profundidade, com a esperança de desenvolver orientações que pudessem ajudar a uniformizar as diretrizes fornecidas às instituições de saúde na América do Norte”.22 A comissão concluiu sua reunião “expressando sua esperança de que, devido à urgência descrita na correspondência de nossas instituições de saúde, a comissão inteira possa se reunir... o mais breve possível para estudar essa difícil questão”.23 Diretor médico exige uma decisão Em 13 de Dezembro de 1970, o Dr. Raymond DeHay, diretor médico do HCM, escreveu uma carta para A. G. Streifling pedindo que o processo de decisão fosse agilizado. Ao constatar que as deliberações tinham se estendido por cerca de 10 meses, ele disse que era “muito tempo... sem uma resposta para comunicar aos membros da equipe médica do hospital”.24 Em 16 de dezembro de 1970, DeHay escreveu uma segunda carta para protestar contra a demora na tomada da decisão, dessa vez a carta estava dirigida a R. H. Pierson, o então presidente da Associação Geral. Nessa carta DeHay disse: “Nós reconhecemos que o HCM é um hospital presidido pela igreja, mas também acreditamos que você deve considerar que este é praticamente um hospital público, aos olhos de muitos residentes locais”. O diretor médico escreveu que, levando em consideração as contribuições que os não-adventistas locais fazem ao hospital com seu tempo e recursos e as doações estatais de mais de 2 milhões de dólares, “nós do comitê executivo achamos que talvez o público local tenha direito a solicitar cuidados médicos integrais no Hospital Castle Memorial”. 25 Notando que a igreja não tinha nenhuma posição oficial sobre o aborto, ele continuou: “Nós temos informação bastante confiável de que vários de seus hospitais da costa oeste estão permitindo o chamado aborto terapêutico, mas sua definição do mesmo parece ser muito mais liberal do que a definição de aborto terapêutico que nós na profissão médica temos concebido ao longo dos anos. Entendemos que já existe um precedente para permitir esse procedimento cirúrgico neste hospital”.26 A resposta de Pierson à carta de DeHay (5 de janeiro de 1971) defendia as diretrizes de 13 de maio de 1970 sobre o aborto dizendo: “Elas estão baseadas em nossas considerações sobre a santidade da vida, no respeito pela imagem da pessoa e em nosso senso de responsabilidade pelo bem-estar do próximo”.27 Logo Pierson declarou: “Estamos prontos para apoiá-los em fazer com que o cuidado integral da saúde esteja ao alcance de todos. No entanto, doutor, nós não cedemos à suposição de que os cuidados integrais de saúde incluem o aborto por pedido”.28 Pierson informou então a DeHay que uma “comissão competente se reunirá em Loma Linda, Califórnia em 25 de janeiro [1971] para discutir o assunto com mais profundidade”.29 E assim, um ano após a questão do aborto ter se tornado objeto da atenção da Igreja Adventista do século XX, uma comissão ad hoc se reuniu “para assegurar que a causa da verdade e da humanidade seja reconhecida teológica, médica e filosoficamente nesta grande área de preocupação atual”.30 Dos 18 indivíduos nomeados para formar a comissão “ampliada” durante a reunião dos oficiais da AG, realizada em 6 de janeiro de 1971, 11 estavam presentes. Outros quatro se juntaram a eles, formando uma comissão ad hoc de quinze membros.31 Atualizando a declaração Em suas palavras de abertura, o presidente da comissão, W. R. Beach, fez um breve resumo do trabalho da Comissão para o Estudo do Aborto, declarando que as diretrizes estabelecidas em 13 de maio de 1970 haviam sido úteis, mas que a rapidez com que a situação havia mudado, principalmente no Havaí e em Nova Iorque, tinha gerado a necessidade de formular uma declaração mais atualizada.32 Harold Ziprick, diretor do departamento de obstetrícia e ginecologia da Universidade de Loma Linda, apresentou um artigo intitulado The Abortion Problem Today (O problema do aborto em nossos dias), que mostrou a complexidade dessa questão. O resto da manhã foi dedicado à discussão do número de abortos terapêuticos praticados em hospitais adventistas [por exemplo, no Glendale Hospital: 1966, 1 aborto; 1967, 3 abortos; 1968, 4 abortos; 1969, 10 abortos; 1970, 34 abortos. No White Memorial Hospital: 1968, 3 abortos; 1969, 12 abortos; 1970, 79 abortos].33 Também foram discutidos os problemas enfrentados pelo HCM, devido à revogação das leis antiaborto no Havaí. Na sessão da tarde, Jack Provonsha apresentou um artigo intitulado An Adventist Position Regarding the Abortion Problem (Uma posição adventista em relação ao problema do aborto). Ele defendeu a ideia de que para cada pedido de aborto deveriam ser feitas todas as tentativas para salvar tanto a mulher grávida quanto o feto em desenvolvimento, “mas se isso não puder ser feito e um dos dois deve ser sacrificado, aquele de valor humano menor deve ser sacrificado em favor do de valor humano superior”.34 Após a apresentação de Provonsha, a comissão votou a favor de alterar e revisar as diretrizes sobre o aborto, elaboradas em 13 de maio de 1970. Ela concluiu seu trabalho daquele dia recomendando que os oficiais da AG designassem uma comissão que desse continuidade ao estudo da questão. De volta a Washington, essa comissão começou seu trabalho dedicando-se inicialmente à tarefa de alterar e revisar as antigas diretrizes, mas seus esforços resultaram na elaboração de um documento inteiramente novo intitulado Interruption of Pregnancy Guidelines (Diretrizes para a Interrupção da Gravidez). Esse documento continha não só uma declaração de princípios como também as diretrizes “aceitáveis” para a “interrupção da gravidez”. Uma comparação desse documento com as dissertações dos doutores Ziprick e Provonsha, apresentadas na reunião de Loma Linda, mostram que suas ideias e estilo de redação serviram como esboços para ambas as partes do documento. O novo documento passou por uma série de revisões. A declaração dos princípios foi elaborada e logo ampliada durante o mês de fevereiro de 1971. Entre fevereiro e junho, as diretrizes chegaram a ter pelo menos três formas diferentes. Foi acrescentada uma quarta diretriz declarando que o aborto estava permitido nos casos em que a gestante era “solteira e menor de 15 anos”. Mais tarde, foi acrescentada uma quinta diretriz, que permitia o aborto “quando em harmonia com a declaração de princípios mencionada acima, os requerimentos para o funcionamento da vida humana exigem o sacrifício do valor menor em potencial humano”.35 Mais tarde, essa diretriz foi revisada para expressar que o aborto é permitido “quando por alguma razão os requerimentos para o funcionamento da vida humana exigem o sacrifício do valor menor em potencial humano” (o itálico é nosso). As revisões também incluíram a retirada da palavra “grave” da diretriz 2, referente às deformidades físicas e retardo mental, e da palavra seriously (seriamente) na diretriz 1. Por que houve tanta demora? Logo depois, a comissão entregou aos oficiais da AG, um “relatório provisório”, uma declaração que continha a maioria das revisões mencionadas acima. Mas nenhuma medida foi adotada e a União do Pacífico continuou a pressionar por uma decisão.36 Beach deu uma ideia do motivo da demora em aprovar uma declaração. “Minha opinião é que devemos evitar abrir a porta para o aborto sob demanda, em vez disso, devemos mantê-lo dentro do contexto de uma filosofia total. Se leio corretamente as publicações, há um sentimento crescente em favor de uma linha mais conservadora do que aquela promovida pelo movimento de libertação e adotada, em maior ou menor grau, em alguns estados. Precisamos estar atentos a isso e garantir que nossa filosofia seja basicamente sólida”.37 Em 14 de junho de 1971, os oficiais da AG fizeram uma votação para pedir a N. C. Wilson, C. E. Bradford e R. F. Waddell que integrassem uma comissão cujo objetivo era refinar certos aspectos do relatório de “interrupção da gravidez”, apresentado pela Comissão para o Estudo do Aborto. 38 Finalmente, em 13 de julho de 1971 Wilson pôde escrever a Blacker para informar que a AG tinha elaborado algumas diretrizes: “Por favor, contenha-se e não se entusiasme muito, mas finalmente temos um relatório para você sobre a interrupção da gravidez. Esta é uma expressão mais sofisticada do que o termo “aborto” e, como existem abortos terapêuticos e seletivos, achamos que a nova definição abrange todo o espectro. Para estar seguros, não respondemos a todas as perguntas que podem surgir, nem fizemos arranjos para abrir a porta e atuar em harmonia com certas pressões que estão sendo exercidas sobre a profissão médica atualmente. Sentimos que é uma posição justa e que pode ser defendida. Espero que ela seja útil para você e para nossos irmãos que estão enfrentando o problema há mais de um ano no Havaí”.39 Contudo, não foi senão em 10 de agosto de 1971, que C. E. Bradford, secretário da comissão agora denominada Comissão para o Estudo da Interrupção da Gravidez, divulgou a declaração “como a opinião de uma comissão representativa de teólogos, médicos, professores, enfermeiros, psiquiatras, leigos, etc., que se reuniram em Loma Linda, Califórnia, em 25 de janeiro de 1971,40 com o entendimento de que o relatório deve ser usado para aconselhar instituições médicas denominacionais”.41 A declaração tinha o subtítulo “Recomendações para as instituições médicas Adventistas do Sétimo Dia”. Bradford fez a seguinte observação em sua carta de apresentação. “Eu suponho que você diria que isso é quasi official, sem o imprimatur total dos irmãos”.42 Então, depois de mais de um ano e meio de trabalho e discussões intermitentes por parte das comissões, a Igreja Adventista ainda não tinha uma posição oficial sobre a questão do aborto. Será que isso significava que o HCM permanecia com o velho dilema em relação ao aborto, sua situação era igual a que enfrentaram quando as leis antiaborto foram revogadas no Havaí em 1970? A resposta é não. A fraseologia das novas diretrizes era “ampla o suficiente para permitir qualquer interpretação”.43 Isso permitiu ao HCM abrir suas portas para o aborto solicitado até a vigésima semana (e até mesmo mais tarde por “fortes razões sociais ou médicas”)44 e ainda assim estar em harmonia com as diretrizes da Associação Geral. A confusão sobre os novos regulamentos continua Agora, a igreja tinha uma política, por mais semioficial que fosse. Mas antes mesmo que a Comissão para o Estudo do Aborto terminasse seu trabalho, já estava em circulação um fluxo de informações confusas e enganosas sobre a posição da igreja. Em março de 1971, a revista Ministry publicou dois artigos sobre a questão do aborto. No primeiro, W. R. Beach concluía “que, exceto nas circunstâncias extremas listadas em nossas diretrizes sobre o aborto terapêutico, seria melhor reforçar nossa reverência pela vida e pelo caminho cristão que a ela conduz”.45 Ele se referia, é claro, às três diretrizes que haviam sido aprovadas em 13 de maio de 1970. O Dr. Ralph F. Waddell, secretário do Departamento de Saúde da AG, escreveu o segundo artigo intitulado Abortion Is Not the Answer (O aborto não é a resposta). Descrevendo o aborto como uma “guerra no útero”, ele disse: “Como cristãos, abominamos o pensamento da carnificina por atacado neste nível. Embora aceitemos o aborto terapêutico com base em indicações médicas comprovadas, não encontramos o aborto sob demanda compatível com nossos conceitos sobre a pessoa humana”.46 Ele prosseguiu dizendo que os abortos terapêuticos deveriam ser realizados “durante os primeiros três meses, antes que se possa considerar que o embrião já é um ser vivo”.47 A revista Ministry publicou as diretrizes de 13 de maio de 1970 sobre o aborto, nesse mesmo número. É importante lembrar que essa foi a edição do mês de março de 1971. Em 25 de janeiro de 1971, a reestruturada Comissão para o Estudo do Aborto tinha se reunido em Loma Linda e realizado uma votação para “alterar e revisar” as diretrizes originais e quando a revista foi publicada, as novas Diretrizes para a Interrupção da Gravidez já haviam sido escritas e se encontravam na etapa final de revisão.48 Um oficial da AG e membro da Comissão para o Estudo do Aborto protestou vigorosamente contra a publicação desse material. Na carta de 2 de março de 1971, dirigida a W.R. Beach, Robert E. Osborn escreveu: “Eu acho que os artigos são completamente prematuros, do contrário, a nomeação de uma comissão [a comissão de Loma Linda] para analisar o assunto em profundidade é uma farsa”.49 O protesto de Osborn se baseava em seu conhecimento de que as diretrizes originais eram consideradas restritivas demais e agora estavam sendo substituídas. Beach defendeu a decisão de publicar os artigos e as diretrizes. “Tendo em vista o fato de que o próximo relatório da comissão que se reuniu em Loma Linda irá liberalizar um pouco as diretrizes atuais, acredito que, do ponto de vista prático, foi bom proporcionar uma exposição justa da atual situação e dos pontos de vista futuros. Penso que ficará evidente que nosso ponto de vista foi liberalizado. Eu creio, porém, que essa liberalização será compreendida e aceita”.50 Mas a publicação das novas diretrizes que contribuiriam para que a “liberalização” fosse “compreendida e aceita” jamais aconteceu. A publicação de um conjunto de diretrizes mais antigo e mais restritivo, no lugar das diretrizes recentes mais liberais, resultou em uma grande confusão entre os ministros e os leigos adventistas sobre a posição da igreja em relação ao aborto e sua prática em nossas instituições médicas.51 Não há provas de que os líderes tentaram instruir os ministros e a igreja sobre o novo conjunto de orientações e suas implicações. De fato, a igreja tem mantido simultaneamente duas posições sobre o aborto. As diretrizes sobre o aborto, publicadas em 13 de maio de 1970, apresentavam ao clero, aos leigos adventistas bem como ao público em geral, uma aparente posição restritiva em relação ao aborto.52 Por outro lado, a falta da publicação das Diretrizes sobre a Interrupção da Gravidez deu a seus hospitais a liberdade para essa prática economicamente significativa.53 O adventismo e o aborto Qual é a verdade em relação ao adventismo e ao aborto? O aborto sob demanda é uma norma nas instituições de saúde adventistas? Sobre esta questão, M. C. Midkiff afirmou: “Eu acredito que se você fizer algumas pesquisas breves, descobrirá que a maioria dos hospitais adventistas permite o aborto quando ele é solicitado”.54 Esta é uma explicação que o presidente do Hospital Adventista de Washington escreveu em uma carta para mim, ela ampara o prognóstico de Midkiff: “A administração, portanto, de boa fé, deixa a responsabilidade de decidir a favor ou contra o aborto para o médico e o paciente, que são realmente os únicos indivíduos que conhecem a situação médica completa e as consequências do caso”.55 The American Hospital Association Guide to the Health Care Field (Guia da Associação Americana de Hospitais para o Campo dos Cuidados da Saúde) de 1986 enumera 12 dos 56 hospitais adventistas nos Estados Unidos que oferecem “serviços de aborto”, incluindo “um programa e as instalações”.56 Em resumo O adventismo primitivo publicou posições que estavam em harmonia com a Cruzada Médica contra o Aborto, embora não tenha participado ativamente desse movimento. A igreja elaborou seu primeiro conjunto de diretrizes sobre o aborto em 1970, quando a atitude americana em relação ao aborto mudou e alguns hospitais da igreja estavam sendo alvo de crescente pressão por parte de suas comunidades, para proporcionar serviços abortivos. Depois de menos de um ano de sua elaboração, a primeira série de diretrizes sobre o aborto foi revisada e ampliada pela igreja. As diretrizes mais liberais, resultantes desses processos, proporcionaram aos hospitais adventistas uma liberdade bastante ampla em suas práticas abortivas, uma liberdade que resultou em um grande número de abortos. Embora a igreja tenha estado hesitante em dar a conhecer essa situação, é óbvio que neste momento quer seja por sua política, quer seja por suas práticas, suas instituições médicas não estão limitadas ao aborto terapêutico. Há três anos, a Comissão Executiva da Associação Geral designou a Christian View of Human Life Commitee CVHLC — sigla em inglês para Comissão para o Ponto de Vista Cristão sobre a Vida Humana — para rever as diretrizes do hospital sobre o aborto e outras questões da vida humana, tais como a fertilização in vitro, a eutanásia e a contracepção. A CVHLC redigiu o esboço da declaração, que foi impressa na revista Ministry em Julho de 1990. Atualmente, esta declaração está circulando entre um grande número de pessoas de todas as divisões mundiais para seu aperfeiçoamento. Logo depois, se tomará um decisão sobre se o esboço final permanecerá simplesmente como um consenso da comissão ou se haverá alguma instância superior como um Concílio Anual que o ratificará. – Os editores. Diretrizes de 1970 sobre o aborto “Acredita-se que o aborto terapêutico pode ser realizado pelas razões indicadas a seguir: “1. Quando a continuação da gravidez pode colocar em risco a vida da mulher ou prejudicar gravemente sua saúde”. “2. Quando a continuação da gravidez poderia resultar no nascimento de uma criança com deformidades físicas graves ou retardo mental”. “3. Quando a concepção ocorreu. como consequência de um de estupro ou incesto. Quando os abortos terapêuticos forem indicados, eles devem ser realizados durante o primeiro trimestre da gravidez”. Diretrizes de 1971 para a Interrupção da Gravidez “1. Quando a continuação da gravidez pode por em risco a vida da mulher ou prejudicar sua saúde”. “2. Quando a continuação da gravidez poderia resultar no nascimento de uma criança com deformidades físicas graves ou retardo mental”. “3. Quando a concepção ocorreu. como consequência de um de estupro ou incesto”. “4. Quando o caso envolve uma jovem solteira menor de 15 anos”. “5. Quando por alguma razão os requerimentos para o funcionamento da vida humana exigem o sacrifício do valor menor em potencial humano”. “Quando indicadas, as interrupções da gravidez devem ser realizadas o mais breve possível, de preferência, durante o primeiro trimestre da gravidez”. Ambas as diretrizes afirmam que nenhuma paciente deveria ser obrigada a submeter-se a um aborto e que nenhum médico deveria ser forçado a participar nessa prática, caso tenha uma objeção religiosa ou ética. As diretrizes de 1971 ampliaram isso para incluir os enfermeiros e o pessoal de atendimento. Notas de referência:
1. Sermão de Barry E. Wood, pastor da Solid Rock Church, Eleanor Roosevelt High School, Greenbelt, Maryland, 20 de Janeiro de 1985. 2. Ibidem. 3. Adventist Review, 1 de Junho de 1983, pág. 14. 4. John Todd, Advent Review and Sabbath Herald, 25 de junho de 1867, pág. 30. 5. Advent Review and Sabbath Herald, 30 de Novembro de 1869, pág. 184. 6. E. P. Miller, citado em James White, A Solemn Appeal (Battle Creek, Mich: Steam Press, 1870), pág. 100. 7. J. H. Kellogg, M.D., Man, the Masterpiece (Battle Creek, Mich.: Modern Medicine Publishing Company, 1894), págs. 424, 425. 8. Ellen G. White, The Ministry of Healing, pág. 397. 9. Patriarcas e Profetas, pág. 516. 10. Kristin Luker, Abortion and the Politics of Motherhood (Berkeley e Los Angeles: University of California Press, 1984), pág. 40. 11. John Powell, Abortion: The Silent Holocaust (Alien, Tex.: Argus Communications, 1981), pág. 92. 12. Conversa com Marvin C. Midkiff, 22 de outubro de 1986. 13. Discursos de Marvin C. Midkiff no Rotary Club de Kailua, Havaí, em jan./fev. de 1970. 14. Conversa com Midkiff. 15. Discurso de Midkiff. 16. Religious News Service, 17 de março de1970, págs. 16, 17. 17. Ibidem, pág. 17. 18. Conversa com Midkiff. 19. Midkiff nos recorda um médico não-adventista e outro médico adventista, que exigiram uma mudança de política que permitisse optar pelo aborto. 20. R. R. Bietz para W. J. Blacker, 8 de julho de 1970 (o itálico é nosso). 21. Minutas da Reunião de Oficiais da Associação Geral, de 6 de Julho de 1970, págs. 70-330. 22. Minutas da Comissão para o Problema do Aborto, 25 de setembro de 1970. 23. Ibidem. 24. Raymond DeHay a A. G. Streifling, 13 de dezembro de 1970. 25. Raymond DeHay a R. H. Pierson, 16 de dezembro de 1970. 26. Ibidem. 27. R. H. Pierson a Raymond DeHay, 5 de janeiro de 1971 (o itálico é nosso). 28. Ibidem. 29. Ibidem. 30. W. R. Beach à Comissão sobre o Aborto, 11 de janeiro de 1971. 31. Os presentes foram: W. R. Beach; C. E.. Bradford; P. C. Heubach; David Hinshaw, M.D.; C. B. Hirsch; Gordon Hyde; Joann Krause; Elizabeth Larsen, M.D.; R. E. Osborn, Jack W. Provonsha, M.D.; A. G.; Streifling W. D.; Walton N. C. Wilson; Sra. C. Woodward; e Harold Ziprick, M.D. O membro ausente mais notável da comissão foi R. H. Pierson, que já tinha declarado, apenas 20 dias antes, seu apoio às diretrizes existentes. 32. Minutas da Comissão da AG sobre o estudo do aborto, 25 de janeiro de 1971. 33. Ibidem. 34. Jack Provonsha, M.D., An Adventist Position Regarding the Abortion Problem,(Uma Posição Adventista em Relação ao Problema do Aborto), págs. 10, 11. 35. Beach disse que essa diretriz “cobriria razões menos definidas para qualquer interrupção da gravidez”. W. R. Beach a N. C. Wilson, 8 de março. de 1971. 36. W. J. Blacker a N. C. Wilson, 30 de março. de 1971. 37. W. R. Beach a N. C. Wilson, 11 de maio de 1971. 38. Minutas da Reunião de Oficiais da Associação Geral, 14 de junho de 1971, págs. 71-218. 39. N. C. Wilson a W. J. Blacker, 13 de julho de 1971. Os oficiais da AG votaram aprovar a “Declaração de Princípios sobre a Interrupção da Gravidez” em 21 de junho de 1971. 40. Na conferência sobre o aborto, realizada na Universidade de Loma Linda em 15 de novembro de 1988, o Dr. Provonsha afirmou que, embora tenha sido usado na Declaração dos Princípios sobre a Interrupção da Gravidez, redigida em 1971, o texto de seu artigo havia sido usado fora de contexto, e que ele não viu nem votou a declaração até que ela foi divulgada para as instituições médicas adventistas como um documento concluído. 41. C. E. Bradford, 10 de agosto de 1971. 42. Ibidem. 43. Conversa com Midkiff. 44. Bietz, op. cit., pág. 2. 45. W. R. Beach, The Ministry, edição de Março de 1971, pág. 6. 46. R. F. Waddell, The Ministry, edição de Março de 1971, pág. 9. 47. Ibidem. 48. W. R. Beach a N. C. Wilson, 8 de março. de 1971. 49. R. E. Osborn a W. R. Beach, 2 de março de 1971. 50. W. R. Beach a R. E. Osborn, 8 de março. de 1971. 51. Um caso em questão: Em 23 de Abril de 1987, durante uma discussão sobre um pedido dos votantes da Conferência de Ohio por diretrizes sobre a questão do aborto, foram apresentadas aos membros da comissão executiva da Columbia Union, cópias das diretrizes de 13 de Maio de 1970 — que haviam sido descartadas — como sendo a posição da igreja. 52. O Conselho de Ação Cristã incluiu o artigo “Resumo das atitudes das organizações religiosas em relação ao aborto” em sua edição de 1984 de A Community Planning Guide for Sanctity of Human Life Sunday (Guia de Planejamento Comunitário para o Domingo da Santidade da Vida Humana) A Igreja Adventista do Sétimo dia foi incluída no Grupo 2, como “geralmente contrária ao aborto, mas que faria exceções em casos difíceis (ou seja: gravidez resultante de estupro ou incesto; gravidez de um bebê com deformidades ou sérios problemas congênitos; gravidez que resultasse em uma grave ameaça para a saúde da mãe)”, (pág. 15). 53. Desde 1971, as declarações da imprensa adventista deram continuidade a essa confusão. Veja, por exemplo, o editorial escrito por Eugene Durand na Adventist Review, “About Abortion” (1° de setembro de 1983, pág. 14) que chamou as diretrizes de 1970 sobre o aborto de “o ponto em que esta igreja esteve mais perto de uma posição em relação ao problema”. O editorial enumerava ainda as diretrizes 4 e 5, mas não fez nenhum esforço por esclarecer porque elas foram acrescentadas ou o que elas significavam. Veja também a coluna Dear Miriam (Querida Miriam) na Adventist Review de 12 de setembro de 1985 (pág. 21). A autora disse que depois de ler a carta de uma leitora sobre a política de aborto da igreja, ela se comunicou imediatamente com o Health and Temperance Department (Departamento de Saúde e Temperança) da Associação Geral e descobriu que uma declaração de diretrizes sobre o aborto tinha sido redigida em 1970. Ela prosseguiu, deixando implícito que os “abortos por conveniência”, praticados nos hospitais adventistas eram o resultado de “infrações das diretrizes e regulamentos”. Pelo que parece, o Departamento de Saúde e Temperança não informou a autora sobre a existência de um segundo conjunto de diretrizes muito mais liberal. Mas a declaração que provavelmente tenha sido a mais enganosa de todas, proveio do presidente da AHS/US, Donald Welch. Durante uma entrevista chamada pela Adventist Review de “Um olhar mais profundo sobre o Sistema Adventista de Saúde”, publicada em 13 de fevereiro de 1986, Welch afirmou: “A igreja elaborou diretrizes para os hospitais e instituições da área da saúde com respeito ao aborto lá em 1969 (sic). Essas diretrizes desaconselham vigorosamente o aborto. Elas permitem o aborto em certos casos em que há recomendações médicas — vários médicos estão de acordo em que ele precisa ser realizado para preservar a saúde da mãe; e em alguns casos como, por exemplo, o estupro”. Welch continuou: “Eu vou ser franco e dizer a você que houve uma época em que várias de nossas instituições realizavam bastantes abortos e essa situação levou à adoção dessas diretrizes”. Quer Welch pretendesse ou não, suas declarações foram no mínimo enganosas. 54. M. C. Midkiff a Bert Haloviak, 20 de outubro de, 1986. 55. R. D. Marx ao Sr. George Gainer e esposa, 19 de abril de 1985. 56. American Hospital Association, Guide to the Health Care Field, 1986. (O guia se baseia nos relatórios fornecidos pelos hospitais). Os hospitais listados são os seguintes: Castle Medical Center, Hadley Memorial Hospital, Hanford Community Hospital, Loma Linda University Medical Center, Porter Memorial Hospital, Port land Adventist Medical Center, Shady Grove Adventist Hospital, Shawnee Mission Medical Center, Sierra Vista Hospital, Walla Walla General Hospital, Washington Adventist Hospital, and White Memorial Medical Center. Quanto ao número de abortos, os participantes do movimento “Os Pastores Protestam contra o Aborto” forneceram a cifra de 1.494 abortos realizados no Washington Adventist Hospital desde 1975 até julho de 1982. Eles afirmam que esse dados foram extraídos dos registros médicos do hospital. |